“Eros, invencible en las batallas, Eros que azotas a nuestros rebaños, que estás apostado en las delicadas mejillas de las doncellas. Frecuentas los caminos del mar y habitas en las agrestes moradas, y nadie, ni entre los inmortales ni entre los perecederos hombres, es capaz de gobernarte, y el que te posee está fuera de sí”
Antígona, Sófocles