Empecé a escribir la historia del Herauco hace mucho años porque no sé dibujar. Era la primera vez que se me ocurría algo que estaba muy alejado de lo real, del documental o del ensayo, y no tenía ni el talento ni la técnica como para contar esas visiones a través del dibujo, del collage o de la ilustración. Tampoco lo intenté: Me gusta Calvino, especialmente sus apólogos, y pensé que ese animal mitad león mitad cabra con el que soñaba podía convertirse en el protagonista de una historia fragmentada, donde los animales hablaran y los humanos fueran unos extraños invitados en un mundo hostil.

Hace unos días, mi amigo Allan me introdujo en el mundo de las imágenes creadas por inteligencia artificial. Pueden probarlo si quieren en https://openai.com/dall-e-2/.

La imagen digital resultante de una búsqueda textual, como por ejemplo “Un animal con cabeza de cabra y melena de león rasca su espalda contra un árbol” resulta extrañamente inhumana, con un nivel de aleatoriedad que nos hiela la sangre.

La inteligencia artificial nunca suplantará al ingenio y al talento humano, las ilustraciones que conseguimos con ella no pretenden reemplazar a los artistas, pintores e ilustradores; es una tarea imposible.

Pero me pareció curioso acompañar estos textos incompletos, amateurs, con imágenes deformes, de consumo, como las producidas por un algoritmo.

Esa voluntad de utilizar materiales innobles es la base de mi trabajo también en el documental: ordenar los elementos de realidades oscuras y descarnadas que, en un giro amable de los acontecimientos, puedan llegar a emocionar a alguien querido.

Dicho lo cual, queridos amigos, se aceptarán correcciones y comentarios, y se espera también un poco de compasión para con una escritora tardía y aficionada. Publicaré un pequeño capítulo de vez en cuando acompañado siempre por una o varias imágenes producidas por el algoritmo. También pueden responder con imágenes algorítmicas! Gracias por leer.