A veces la belleza nos pega en la boca, y si es verdadera siempre es instantánea, a primera vista. El talento de Gala Pérez Iñesta como música es indudable, y no seré yo quien repita aquí lo que gente experta ya ha dicho. Pero como montadora puedo asegurarles que la mirada de su Antígona ha sido uno de los planos más difíciles de cortar de mi vida. Me sigue produciendo, todavía hoy, una calma y una emoción que le agradeceré a Gala siempre: esa mirada no puede escribirse en un guión, no puede explicarse ni mucho menos pedirse. 
Como la belleza, como el amor, te ataca de improviso y te deja encandilado por los faros, como si fueras un ciervo sorprendido por la muerte.

‘Antígona Despierta’, seleccionada para la 67ª edición del Festival del film Locarno

 El largometraje, dirigido por Lupe Pérez García y coproducido por Toma 78 y Labyrint Films, se proyectará en la sección ‘Signs of Life’.

“Eros, invencible en las batallas, Eros que azotas a nuestros rebaños, que estás apostado en las delicadas mejillas de las doncellas. Frecuentas los caminos del mar y habitas en las agrestes moradas, y nadie, ni entre los inmortales ni entre los perecederos hombres, es capaz de gobernarte, y el que te posee está fuera de sí”
Antígona, Sófocles

“Ahora bien, por muy odiosas que nos parezcan la obcecación y la arrogancia de Creonte, por muy lamentable que resulte su ceguera, lo cierto es que en su comportamiento hay libertad, y no sólo por el aspecto supuestamente innovador o creativo frente a las leyes de la tradición y las normas de la eusebia, sino por su relación dialéctica con el mundo de los muertos, por su desafío a la muerte, y por la expresión del carácter político de su comportamiento, que ya no está basado en el reino de lo oscuro o de la naturaleza (de la physis y los dioses “de abajo”). Creonte se enfrenta a la muerte y a la vez le teme, instala su poder en el quicio que separa la vida de la muerte, y convierte su mismo poder en el gozne arbitrario para una nueva articulación de lo vivo y lo muerto. En la novedad puede estar el pecado, pero con la terquedad viene la condena. Al final deberá asumir esa perspectiva atrevida como una política mortífera que se llevará al mundo de los muertos a su hijo y a su esposa.
Antígona, en cambio, no teme a la muerte, sino que la obedece con las leyes de la piedad y se entrega a ella de un modo no exento de delirante erotismo y una inequívoca pulsión de muerte…

Pero aunque las razones de su acción compasiva primero nos entusiasmen y luego nos conmuevan, al final su entrega excesiva nos horrorizará, esa prisa por morir nos dejará en tierra de nadie, lejos de la polis y de la política, y percibiremos que en ella no hay libertad, sino una suerte de despiadada piedad, tan mortífera como la ciega inflexibilidad de Creonte.
El tirano desprecia la vida en nombre de la libertad, y Antígona la desprecia en nombre de la muerte.”

Jordi Ibáñez Fanés, “Antígona y el duelo”

1

“La oscuridad no se desvanece sino que se espesa al pensar lo poco que podemos retener, cuántas cosas y cuánto cae continuamente en el olvido, al extinguirse cada vida, cómo el mundo, por decirlo así, se vacía a sí mismo…”
Austerlitz- W. Sebald

 

1

Los “Autonomen” celebraban el bombardeo como una parte necesaria del derribo del Tercer Reich.

Su lema era “Ninguna lágrima por Dresde” y, en el choque con las otras manifestaciones :“Bombardero Harris, hazlo otra vez”

 

“2 de agosto de 1934…El lenguaje del Tercer Reich tuvo al principio un carácter lírico-extático, luego fue bélico, y pasó a ser mecanicista-materialista…”

“18 de octubre e 1939…En todas las normas de prensa: “El hombre alemán, el hombre ruso, el hombre americano…” ¿No habría que poner delante de la palabra alemán el artículo neutro?
Quién cree en la raza más firmemente que en el espíritu cree en el animal; quien, contra su propia convicción, acata esa ideología se prostituye; por tanto,, en cualquier caso: Das deusche Mensch, das, das…”

 

Queridos amigos, en días de listas cinematográficas infinitas, pensé que estaría bueno jugar a que cada uno elija tres películas que envidia profundamente no haber dirigido, o escrito, o haber tenido la idea original. Por supuesto que cualquier persona puede elegir, no hace falta ser del gremio. La envidia es libre.
Tiene que tratarse de envidia pura y dura, en plan que Haneke no exista y que yo ocupe su lugar en todos los órdenes de la vida (cinematográfica, claro).
Otra de mis reglas para el juego es que deben ser películas MUY diferentes entre sí (no vale decir: “Cualquiera de Tarkovsky”) por género, época o presupuesto.
Ah! Y tampoco vale repetir. Si otro se adelanta, alpiste.
Ahí van las mías:

La pianista (Michael Haneke)
El quinto elemento (Luc Besson)
El sol del membrillo (Víctor Erice)

The Optimism of Melancholia

“I claim that we should not read this as kind of a pessimism.  “Oh, we all die.  Who cares?”  No, if you really want to do something good for society, if you want to avoid all totalitarian threats and so on, you basically should go . . . we should all go to this, let me call it–although I’m a total materialist–fundamentally spiritual experience of accepting that at some day everything will finish, that at any point the end may be near.  I think that, quite on the contrary of what may appear, this can be a deep experience which pushes you to strengthen ethical activity…”

Slavoj Zizek